Hemos vendido hasta la ultima gota de
sangre al enemigo.
Sin enbargo canjeamos casi toda la honra
por un poco de amor a plazo fijo.
I que dezir de los escrupulos que nos hacian
pensar antes de dar el mal paso, y los sueños
que todavia nos alimentavan con un poco de
ilusion.
Seguimos siendo aves migratorias volviendo
todos los años al pasado a ver si encontramos
lo que faltó y no nos dimos cuenta que el infinito
puede ser peor.
El aullido, el silencio, el olor humano todo se
esconde en la herida que tiene dos ojos ciegos
y un bandoneon.
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