Seguís
tan y solamente iludido,
Guardando
el pan para luego,
Esperando
un abraso que podrá
llegar
demasiado tarde.
Seguís
con esos sueños que no
encontraron
piel, ni donde guardarse,
ni
mujer.
Y
lo posible y lo imposible,
peligrosamente
empiezan a darte lo
mismo.
Seguís
esperando pedacitos de gloria,
o
amor a remolque de cuerpo y de alma,
Pero
no vuelven,
Las
horas no vuelven, y la muerte tiene
obligación
con hora marcada.
Seguís
tenaz con tus peros y bostezos,
Te
sigue ese protocolo enchido, que va
escondiendo
tus vergüenzas.
Hay
llantos y poemas que se pierden
en
el tiempo, y se deshacen como papel
mojado.