Llamaba en voz alta, avía un silencio, y un aire
siniestro,
El sueño, las prisiones, las preguntas, todo esto es recurrente,
Digamos que el mundo se duerme con espesas pestañas de
pasado y de futuro casi irremediables.
Llamaba en voz alta, hay algo grande dándome la espalda;
no sé todo eso me huele mal, sin embargo acá abajo ay un escondite, una expectativa,
tal vez un adiós inventado o pensar en no existir; a veces no sé si puedo
contar conmigo.
Digamos que el mundo suele andar sin dignidad y que nos arrastra
el alma, aunque dondequiera encontraremos promesas abstractas.
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