De
pronto ese equilibrio artificial, esa fiesta de paroxismo
Donde
hay heridas de veinte días, donde esos consejos salomónicos
no
funcionan.
Después
ese masacre que nos tira a esa fosa en común,
Todo
se sobrepone de inmediato,
Ese
rechazo extraordinario de júbilo aniquilado;
Esas
ganas de no esconderse atrás de reglamentos;
Ese
empeño, que a veces ciega y fastidia.
De
pronto hay distancia entre las cosas, o decimos siempre lo mismo;
Toda
la virtud me lastima y me trae sobriedad…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario