Así
estuve, así estaba yo,
Completo,
inajenable, casi sin distancias.
No
tomé una botella, la quebré;
Todo
brilla en su ocasión, yo brille también.
Y
ahora hay que poner la carta en su lugar
Volver
al naipe.
Hay
algo, hay versos hay flores y una tentación;
La
esperanza y el tiempo son iguales, no podré
simplemente
apartar lo inútil;
Ese
viento ininterrupto;
Ese
abismo que persigue;
Esas
ganas que penetran, que ignoran y desmienten
Son
amargas, son memorias rebeldes.
Y
ahora hay que poner la carta en su lugar;
Volver
al naipe.
No
me escondo del olvido, porque soy inconsequente;
Además
ese odio es compacto y te asfixia.
No
hay antecedentes
No
hay antes ni después
Hay
solamente recortes de sueños que son como variantes
y
asimismos de algo breve, como un último horizonte.
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